3J: A 8 AÑOS DEL PRIMER NI UNA MENOS

El 3 de junio de 2015 se realizó por primera vez, en 80 ciudades de Argentina, una movilización masiva bajo la consigna Ni Una Menos, que marcaría un hito en la lucha feminista contra la violencia por motivos de género y los femicidios. Semanas antes, en la provincia de Santa Fe, un joven de 16 años había asesinado a Chiara Paez, su novia de 14 años que estaba embarazada. La noticia conmocionó al país e impulsó la histórica movilización.

A 8 años del primer Ni Una Menos, en Argentina se cometieron 2282 femicidios. Según los datos de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, sólo en 2022 se registraron 252 femicidios, travesticidio y transfemicidios. Por su parte, la Asociación Civil Casa del Encuentro notificó en un informe que en lo que va de 2023, en nuestro país hubo un femicidio cada 28 horas. En este marco, mañana habrá una nueva movilización bajo la consigna “vivas y libres nos queremos”.

Los femicidios son la peor cara de la violencia por motivos de género, pero no son la única. Existen diversos tipos de violencias por motivos de género, algunas son más visibles y otras más sutiles, pero están entrelazadas y conviven dentro de un sistema que las avala y las reproduce. La Ley 26.485 (2009; de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres) reconoce cinco tipos: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial y simbólica. Para conocerlas más en profundidad, te invitamos a ver este video.

En esta línea, desde la Dirección General de Igualdad impulsamos una Guía de buenas prácticas con el objetivo de contribuir a visibilizar y erradicar las violencias por motivos de género que surgen al interior de la Cámara de Diputados. Con el mismo sentido que la “Guía de buenas prácticas para espacios y equipos de trabajo inclusivos en la diversidad” y la “Guía para el uso de lenguaje inclusivo con perspectiva de género en ámbitos legislativos”, esta guía está pensada como una herramienta interna para las políticas de prevención, sensibilización y promoción de derechos con perspectiva de género, entendiendo que el Estado debe promover cambios culturales que garanticen el pleno goce de los derechos ganados y vidas libres de violencias.